Volkswagen Polo no es radical, ni pretende buscar un público en concreto

Ya hemos visto la mayor parte de los aspectos del Volkswagen Polo 1.2 TSI, pero ahora toca englobarlos y valorar el producto como un solo conjunto, que es lo que al final decidirá que puntuación le damos a este utilitario.

El planteamiento general del Volkswagen Polo no es radical, ni pretende buscar un público en concreto. Más bien busca no tener defectos, y e intentar contentar a todo el mundo. En cierta manera eso le puede restar algo de personalidad ante otros utilitarios que también son más caros que la media (como el Mini).

Por otro lado el rasgo más definitorio de este coche es que ofrece más calidad que sus rivales en algunos aspectos (materiales y ajustes del interior, equipamiento propio de categorías superiores) a un precio algo más elevado.



Valoración general

El Volkswagen Polo ha mejorado mucho, pero ha sido una renovación silenciosa, sin grandes cambios, que le permiten volver a posicionarse frente a sus rivales, que han avanzado mucho.

Aunque sigue pudiendo montar algunos elementos que son habituales en su categoría, el resto de utilitarios de la competencia también han pedido prestados a sus hermanos mayores algunas mejoras.

El paso adelante que se ha dado en cuanto a motorizaciones es importante. La introducción de los motores diesel y gasolina de última generación del grupo VAG ha supuesto una gran mejora para la gama del Volkswagen Polo.



La posibilidad de combinar estos motores con el cambio automático de doble embrague DSG (siete velocidades) resulta muy interesante. Además Volkswagen permite combinar este cambio sin necesidad de optar por las mecánicas más potentes, lo que me parece un gran acierto.

Nuestra unidad montaba el motor 1.2 TSI de 105 CV (5,3 litros de media), que como ya dijimos en la parte de conducción y dinámica, da un resultado muy satisfactorio, especialmente por las buenas prestaciones que nos ofrece.

Sus alternativas en diesel son más caras (1.410 euros en el caso del TDI de 105 CV y 920 euros en el caso del 90 CV), aunque consumen menos (4,2 litros cada 100 kilómetros).