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domingo, 24 de abril de 2011

Motores del Opel Astra Sport Tourer

Durante la presentación pude probar dos motores diferentes, un 1.4 Turbo de 140 CV y un 2.0 CDTI de 160 CV. La diferencia de precio y de prestaciones entre ambos es importante, por lo que creo que están orientados a públicos diferentes.

En efecto, el motor gasolina destaca por una suavidad propia de un motor atmosférico de su misma potencia y una cilindrada mayor. De hecho, me recuerda al antiguo motor de Opel de dos litros de cubicaje y 140 CV. Al subir de marcha no nos encontraremos con un vacío de potencia, de manera que por ejemplo, al pasar de primera a segunda marcha velocidad no es necesario llegar hasta la zona alta del cuentavueltas para evitar que el motor caiga excesivamente de vueltas y le cueste ganar velocidad.

Si a esta virtud le añadimos una respuesta rápida al acelerador, tenemos como resultado un coche agradable de conducir, en el que prima la suavidad de marcha. Esta sensación se ve incrementada por un cambio de accionamiento suave que no perjudica el guiado de la palanca de cambios.



En carretera, seis relaciones de cambio, con una sexta de desarrollo largo, nos permitirán circular buscando el menor consumo posible con un nivel de ruido pequeño. Es exactamente lo contrario de lo que pasaba en la anterior generación del Opel Astra, en la que su motor de dos litros y 140 CV de gasolina contaba con una quinta y última marcha corta que revolucionaba excesivamente al circular cerca del límite legal de velocidad en carretera.

La desventaja es que sus 140 CV y 200 Nm de par, unidos a unos desarrollos largos en sus dos últimas marchas orientados a reducir el consumo, no le permiten ofrecer unas buenas prestaciones en carretera abierta. De hecho, si circulamos en sexta marcha a unos 120 km/h y pisamos el acelerador a fondo, el coche apenas ganará velocidad. Tendremos que bajar 3 marchas para obtener una aceleración acorde con la potencia y el peso del vehículo.

Un Volkswagen Golf Variant con el motor 1.4 TSI de 122 CV (y la misma cifra de par), tiene una respuesta mucho más contundente circulando por en carretera abierta, que nos permite usar la sexta marcha, no solo para mantener una velocidad de crucero, si no para realizar la mayoría de las maniobras (si de lo que se trata es de adelantar en la menor distancia posible también tendremos, evidentemente, que bajar algunas marchas, pero este efecto no es ni mucho menos tan acusado como en el Opel Astra Sports Tourer).

Pasemos ahora a analizar el otro motor que pudimos probar. Con el 2.0 CDTI de 160 CV y 350 Nm el Opel Astra Sports Tourer acelera mucho más que con el motor de gasolina del que acabamos de hablar. Pregunté a un ingeniero de Opel acerca de esto y la respuesta fue inequívoca: el diesel tiene casi el doble de par motor.



En consecuencia, al acelerar a fondo, la respuesta con el 2.0 CDTI es mucho más intensa, y las recuperaciones se hacen en mucho menos tiempo. Con este motor, el Opel Astra es capaz de alcanzar velocidades de crucero altas sin demasiado esfuerzo.

También es cierto que el motor de gasolina tiene sus ventajas: es más suave, tiene una respuesta más inmediata al acelerar, y resulta más agradable de conducir por ciudad. No obstante, dado que en teoría, un coche de esta naturaleza irá gran parte del tiempo cargado, es posible que muchas personas prefieran un motor que les permita circular con una mayor reserva de aceleración.

Es difícil comprobar la diferencia de precio que hay si queremos escoger entre una y otra motorización (no se ofrecen con el mismo nivel de equipamiento excepto si optamos por el cambio automático), y además seguramente la opción más cercana al 1.4 Turbo de 140 CV sea el 1.7 CDTI, en sus versiones de 110 y 125 CV (más el segundo que el primero según lo que recuerdo al probar estos motores en la carrocería 5 puertas).

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